miércoles, 9 de noviembre de 2011

La Sábana Santa…


Como ya saben participé en la primera Academia sobre Administración e Inspección del Trabajo, curso del que les platicaré en otro post, ahora quiero comentarles que durante mi estancia en Turín, el Centro Internacional de Formación de la Organización Internacional del Trabajo organizó un recorrido por esa maravillosa ciudad, recorrido que incluyó la Catedral de Turín la que según tengo entendido su primera piedra fue colocada un 22 de julio de 1491 y concluída su construcción hacía los finales del año 1497 y en la que actualmente se encuentra resguardada la Síndone desde 1532.  Les comento que mi intención no es hablarles de la historia de la Catedral ni mucho menos de su más valioso tesoro sino de una experiencia inusual que ahí me ocurrió.

Aquí hice mis rezos
La Catedral la visitamos un nutrido grupo de participantes a la citada Academia y no se porque circunstancia pero me separé del grupo, tal vez para explorar un poco en solitario y así de la nada apareció de repente un sacerdote ya entrado en años y elegantemente vestido, se me quedó mirando como diciendo “Que andas haciendo?” yo sin más me le acerqué le besé la mano y le dije como me llamaba y de que país provenía…”México” “Virgen María” fueron las palabras que expresó en inglés con un exagerado acento italiano, me abrazó y me llevó al altar mayor, me pidió que me sentara y que me pusiera a rezar, así lo hice, lo obedecí mientras el me observaba.

Después de un rato concluí mis oraciones y le pedí su autorización para sacar fotos, el asintió con la cabeza y de nueva cuenta me abrazó y me llevó a una oficina cercana, me dijo en inglés que me quería obsequiar algo, yo le dije que no era necesario que con su bendición era más que suficiente, el insistió y por eso lo acompañe.

Entramos a la oficina en la que sólo había un pequeño escritorio de madera, dos sillas y una gran cantidad de libros y cajas, me pidió que me sentara y abrió la puerta de una pequeña bodega y empezó a buscar lo que al parecer me quería obsequiar y que se tardó un poco en encontrar.

Este es el libro que me regaló
Al paso de unos cinco minutos le escuché una expresión de triunfo “aaahhh” y con su mano derecha levantó como si fuera un trofeo un libro en cuya carátula aparece la fotografía de la Catedral de Turín y en el que se lee el título “La Catedral de Turín y la Sábana Santa (Síndone)”  me lo acercó y me dijo “tómalo es para ti” a lo que yo le respondí “Padre no es necesario” el me respondió “Te lo regalo de corazón, tu me saludaste muy cordialmente, aparte soy devoto de la virgen María y amo a tu país” yo me quedé sin argumentos y tomé el libro, el me abrazó fraternalmente y me dio un beso en la mejilla, yo le correspondí el abrazo, le besé la mano y la frente, siento que en ese momento se estableció un lazo espiritual muy fuerte, de mucho respeto y cariño, nunca lo había sentido con ningún sacerdote hasta ese momento.

Guarde el libro en mi mochila y le pedí permiso para recorrer la Catedral, el me autorizó y me dirigí al lugar donde se encuentra la Síndone.


Sin palabras...
Ya ante ella me sentí muy tranquilo y emocionado a la vez, estaba ante la Sábana Santa de la que emana una fuerza, una luz que simplemente no puedo describir, fue tal mi impresión que de nuevo me puse a rezar, sentía que debía hacerlo y ore por todos mis familiares y amigos, tomé fotos y procedí a retirarme con el resto de mi grupo y en la salida volví a encontrarme con el Sacerdote, nos volvimos a abrazar y de nuevo bese su mano, era la despedida, me abrazó y me acompañó hasta la puerta, ahí me despidió.


Algunos de mis compañeros vieron extrañados esta escena, uno de ellos se me acercó y me preguntó el porque del proceder del Sacerdote, yo le respondí “simplemente no lo se”, lo que si se es que tuve una excepcional y maravillosa experiencia espiritual que me veo obligado a compartirles.

Que opinan.

Espero sus comentarios.

Un abrazo.