Como
ya saben participé en la primera Academia sobre Administración e Inspección del
Trabajo, curso del que les platicaré en otro post, ahora quiero comentarles que
durante mi estancia en Turín, el Centro Internacional de Formación de la Organización
Internacional del Trabajo organizó un recorrido por esa maravillosa ciudad, recorrido que incluyó la Catedral de Turín la que según tengo entendido su
primera piedra fue colocada un 22 de julio de 1491 y concluída su construcción
hacía los finales del año 1497 y en la que actualmente se encuentra resguardada
la Síndone desde 1532. Les comento que mi intención no es hablarles
de la historia de la Catedral ni mucho menos de su más valioso tesoro sino de
una experiencia inusual que ahí me ocurrió.
Aquí hice mis rezos |
La
Catedral la visitamos un nutrido grupo de participantes a la citada Academia y
no se porque circunstancia pero me separé del grupo, tal vez para explorar un poco
en solitario y así de la nada apareció de repente un sacerdote ya entrado en
años y elegantemente vestido, se me quedó mirando como diciendo “Que andas
haciendo?” yo sin más me le acerqué le besé la mano y le dije como me llamaba y
de que país provenía…”México” “Virgen María” fueron las palabras que expresó en
inglés con un exagerado acento italiano, me abrazó y me llevó al altar mayor,
me pidió que me sentara y que me pusiera a rezar, así lo hice, lo obedecí
mientras el me observaba.
Después
de un rato concluí mis oraciones y le pedí su autorización para sacar fotos, el
asintió con la cabeza y de nueva cuenta me abrazó y me llevó a una oficina
cercana, me dijo en inglés que me quería obsequiar algo, yo le dije que no era
necesario que con su bendición era más que suficiente, el insistió y por eso lo
acompañe.
Entramos
a la oficina en la que sólo había un pequeño escritorio de madera, dos sillas y
una gran cantidad de libros y cajas, me pidió que me sentara y abrió la puerta
de una pequeña bodega y empezó a buscar lo que al parecer me quería obsequiar y
que se tardó un poco en encontrar.
Este es el libro que me regaló |
Al
paso de unos cinco minutos le escuché una expresión de triunfo “aaahhh” y con
su mano derecha levantó como si fuera un trofeo un libro en cuya carátula
aparece la fotografía de la Catedral de Turín y en el que se lee el título “La
Catedral de Turín y la Sábana Santa (Síndone)”
me lo acercó y me dijo “tómalo es para ti” a lo que yo le respondí
“Padre no es necesario” el me respondió “Te lo regalo de corazón, tu me
saludaste muy cordialmente, aparte soy devoto de la virgen María y amo a tu
país” yo me quedé sin argumentos y tomé el libro, el me abrazó fraternalmente y
me dio un beso en la mejilla, yo le correspondí el abrazo, le besé la mano y la
frente, siento que en ese momento se estableció un lazo espiritual muy fuerte,
de mucho respeto y cariño, nunca lo había sentido con ningún sacerdote hasta
ese momento.
Guarde
el libro en mi mochila y le pedí permiso para recorrer la Catedral, el me
autorizó y me dirigí al lugar donde se encuentra la Síndone.
Sin palabras... |
Ya ante ella me sentí muy tranquilo y emocionado a la vez,
estaba ante la Sábana Santa de la que emana una fuerza, una luz que simplemente
no puedo describir, fue tal mi impresión que de nuevo me puse a rezar, sentía
que debía hacerlo y ore por todos mis familiares y amigos, tomé fotos y procedí
a retirarme con el resto de mi grupo y en la salida volví a encontrarme con el
Sacerdote, nos volvimos a abrazar y de nuevo bese su mano, era la despedida, me
abrazó y me acompañó hasta la puerta, ahí me despidió.
Algunos
de mis compañeros vieron extrañados esta escena, uno de ellos se me acercó y me
preguntó el porque del proceder del Sacerdote, yo le respondí “simplemente no
lo se”, lo que si se es que tuve una excepcional y maravillosa experiencia
espiritual que me veo obligado a compartirles.
Que
opinan.
Espero
sus comentarios.
Un
abrazo.
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